Boveda del Rio Almar

Salamanca

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Historia

BOVEDA DEL RIO ALMAR

Se encuentra situado en una vaguada, a escasos metros del río que le da nombre y cerca ya del límite de la provincia de Ávila, El caserío. entre los arroyos del Vall y Seco, levanta fachadas de piedra granítica y de ladrillo.

 IGLESIA PARROQUIAL

La parroquial, bajo la advocación de Santa María, se alza en el centro de la plaza. Es fábrica sencilla construida sobre socalzo granítico y resto de ladrillo.

La planta, de nave única, era de cuatro tramos más capilla mayor; individualizabán los

tramos arcos fajones sobre pilastras adosadas que desaparecieron, al igual que las bóvedas barrocas, en sucesivas reformas. El arco de triunfo de la capilla mayor, desaparecido en la última reforma, era apuntado, de sección baquetonada. En la actualidad el templo está cubierto con rasilla y los arcos de la nave y capilla mayor han desaparecido.

En el cuarto tramo de la nave, lado del Evangelio, se abre la capilla de Nuestra Señora del Rosario, cuyo interior, donde penetramos a través de arco de medio punto de sección rectangular, pocas sorpresas nos depara, pues nada tiene su fábrica de interés.

En la costanera de la Epístola de la capilla mayor se sitúa la sacristía, a la que accedemos a través de vano adintelado. A los pies de la nave se abren dos dependencias; una hace las veces de baptisterio, de trastera la otra. EI exterior presenta algunos aspectos interesantes. La capilla mayor, de sillería granítica y ladrillo, tiene las siguientes marcas de cantería: X, S, b ∏ Dos contrafuertes en el lado del Evangelio, uno de ellos casi tapado por la capilla de Nuestra Señora, son los únicos elementos que rompen la monotonía del conjunto. Oculos circulares abiertos en la nave y capilla mayor dan luz al interior.

La portada se abre en el segundo tramo, comenzando por los pies, del lado de la Epístola. El muro, ligeramente retranqueado, hace que resalte la portada, que rasga arco de medio punto de grandes dovelones con embocadura doblemente baque tonada y, cobijando el conjunto, un pequeño tejaroz.

A los pies, alineada con el eje de la nave y entre contrafuertes esquinados, se alza la espadaña sobre alto basamento prismático rectangular de ladrillo, de dos cuerpos. tres vanos y rematando en frontón triangular. Consta que la espadaña fue realizada en 1794 por el maestro de obras José Manzano Zillar, vecino de San Juan de la Encinilla y reconocida por Jacinto García, maestro de obras de Muño Grande.

        

La historia de la construcción de la iglesia es conocida con bastante detalle, aunque hay algunos puntos que son de difícil interpretación.

En la Visita Pastoral de 28 de octubre de 1762, el obispo de Avila encuentra el templo en un estado lastimoso. Oigamos la descripción que nos hace: «hallándose, como se halla esta parrochial consideramente distante de la villa por cuia causa y la del piso que es muy inc6modoprincipalmente en el ymbierno…/… a lo que se añade que esta se alla situada en la uni6n de dos rios que le cojen a el poniente y norte con la inmediaci6n que ocasionarán daño en sus abenidas a los cimientos… será muy combeniente que su culto se aga ( en) una hermita bastante capaz en medio del lugar… y haviendo visto su merced quando estubo en la visita… hazer inmediato a su iglesia una hermita o capilla maior de piedra de sillerla cuia b6beda esta sin techado y sin concluir de inmemorial tiempo a esta parte sin que aquella fábrica se alle a disposici6n verosimilmente en ningún tiempo depoderla concluir ni necesitarla por sus mui cortas rentas y escaso numero de feligreses y que de esto necesariamente se a de seguir el arruinarse con perjuicio de su fabrica a la que conocidamente seria util el bender su piedra aunque fuese por la corta cantidad de dos o tres mil reales y que la misma o mayor utilidad se seguirla a esta fabrica de comprar aquella piedra cuia conducion le costaria muy poco…». Ante esta situación ordena que el culto se traslade a una ermita sita en el centro del pueblo y que se inicie la construcción del templo, aprovechando a tal fin la piedra de la ermita que estaba sin concluir. A tal efecto se manda que el maestro que haga la traza y condiciones se acomode a la piedra y materiales que ha de aprovechar.

Pasaron los años y la obra de la iglesia no se había iniciado. Las razones que esgrimía el cura en la Visita de 1772 eran bastante convincentes y al final fueron las que prevalecieron, pero pasemos a relatarlas. El cura se excusaba por no haber comenzado la obra diciendo que era más conveniente construir una iglesia al lado del pueblo aprovechando los materiales de la antigua y los de un paredón de ladrillo perteneciente al antiguo palacio del señor de la villa, paredón que se pensaba demoler.

La solución propuesta por el cura será la que se lleve a efecto, iniciándose así por fin las obras de la nueva iglesia. Acuden con trazas y condiciones los maestros Domingo Rodríguez, vecino de Fresno, y Francisco Santana, vecino de Peñaranda. El encargado de materializar los proyectos será el arquitecto abulense Juan Antonio de Medina, quien en 1776 concluía la obra. Surgen algunas desavenencias sobre la tasación y se nombra como tercero a Francisco de Zezibia, quien en su peritaje condenaba al maestro que había hecho la obra en 4.500 reales. Juan Antonio de Medina acepta la tasación y nombra a Francisco de Santana para que en su nombre haga las reformas a que había sido condenado. concluyendo por fin la obra en 1778. Ciertamente, parece claro que se aprovecharon materiales de alguna edificación anterior, y así aparecen marcas de canteros en algunos sillares de la capilla mayor, capilla de Nuestra Señora, y posiblemente se reutilizó la portada.

         PRESBITERIO

Retablo mayor de un cuerpo en tres calles más ático rematando en frontón semicircular. lndividualizan las calles columnas de fustes acanalados sobre grandes ménsulas, que rematan en capiteles corintios. En la parte inferior de las calles colaterales se abren hornacinas cubiertas con veneras y pedestal gallonado; en la parte superior, nichos avenerados que debían Gobijar los bustos de San Juan de la Cruz y de Santa Teresa de Jesús. La calle central, muy reformada, con expositor y hornacina con marco de nubes y serafines. El ático, entre columnas de fustes torsos sobre alto pedestal, y capiteles igualmente corintios, remata en frontón curvo con relieve del Padre Eterno en el tímpano; a ambos lados, escudos que traen: Cuartelado en cruz sobre Cruz de Calatrava; 1º, Jaquelado de 15 piezas de plata y azur; 2º, 3 lobos pasantes en palo; 3º, Cadena en sotuer y orla; 4º, Castillo donjonado de tres torres. Timbrado de corona abierta de 5 florones y de ángel con espada. Importante es la escultura que se ha conservado. En la hornacina del Evangelio, talla de San Pedro, con carnaciones mates a pulimento en rostro y manos, manto con restos dorados y labores a punta de pincel, amén de puntillado en la orla. Los pliegues, pesados, abultados y. a veces. con caída quebrada. denotan una cronología no más allá de la segunda mitad del siglo XVII y de una calidad fuera de lo corriente en la zona. En el banco del retablo. en la predela. hay dos relieves; uno representando la Imposición de la Casulla a San Ildefonso, y el otro, quizá. una escena de la vida de San Fernando. Llaman la atención por las arquitecturas de sus fondos y por la riqueza de la policromía. En el ático, relieve representando algún momento de la vida de San Elías. quien aparece arrodillado mientras los !1n8eles acuden a él portando viandas en las manos; un coro de ángeles músicos contempla la escena. Hay una gran diferencia de calidad entre este relieve y los del banco; en aquél, los pliegues son más alatonados. la composición denota también un mayor barroquismo y la misma postura de uno de los ángeles. así como esos rostros en óvalo, nos indican una pervivencia manierista en la gubia de quien los talló. La hornacina de la calle central se reserva para la titular del templo, la Virgen de los Dolores. que porta sobre su regazo el cuerpo inerte del Hijo. Es obra de escasa calidad, inexpresiva. con la policromía de colores planos en el manto de la Virgen y carnaciones a pulimento en el cuerpo de Cristo. parecen originales y quizá sea obra de finales del siglo XVI. Este retablo parece que fue traído del cercano convento de Carmelitas de Duruelo y en cuanto a su autor. debido a las semejanzas que guarda con el retablo de las MM. Carmelitas de Salamanca, habrá que atribuírselo. como ya hicimos, al ensamblador Antonio González Ramiro. quien prácticamente copia el modelo salmantino. Hay que situarlo en la primera mitad del siglo XVII.

        OTRAS NOTICIAS 

En 1591 el escultor abulense Andrés López cobraba 38.052 reales a cuenta del retablo

que había hecho para la iglesia. al igual que Juan del Aguila. ensamblador. a quien se le

abonaban por el mismo concepto 6.800 maravedís. El retablo. una vez terminado. fue tasado por el escultor salmantino Alonso Falcote. Las pinturas corrieron a cargo de los pintores Jerónimo de Avial. Jerónimo Dálviz y Andrés de Segovia.

 En 1599 el pintor Gil de Brieba se encargaba de pintar un retablo colateral. que tasaba poco después Pedro González. En 1603 se hacen pagos al platero ‘Juan Ruiz de Heredia. A cuenta de la cruz portátil. vinajeras. naveta y custodia; afios más tarde. en 1616. la cruz era aderezada por Francisco Román.

 Manuel de Espinosa. pintor salmantino. recibía en 1697 161 reales por pintar unos cuadros de Santa Ana. San Joaquín. San Isidro. San Bartolomé y Santa Agueda para el altar mayor. Anos más tarde. en 1719. el maestro organero de Segovia Manuel Molino recibía diversos pagos por el órgano hecho para la iglesia; aún en 1721 seguían percibiendo dinero sus herederos.

En 1741 se hacían unas imágenes de Santo Tomás y de San Vicente y ese mismo afio se mandaban policromar; consta que fueron hechas en la ciudad de Avila. Algunos afios más tarde. en 1748. el platero Lorenzo Blázquez hacía un cáliz. patena y platillo y José Pérez Collar la corona de la Virgen. En 1790 Bernardo Noncriba hacía un sol y viril para la custodia. desgraciadamente nada ha quedado de estas piezas de orfebrería.

 Por último. en 1814. el tallista Sebastián Rodríguez hacía la cajonería de la sacristía recibiendo por ello la cantidad de 3.600 reales.

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